La forma más popular para un diamante es el diamante brillante redondo y el nombre apropiado no fue elegido por accidente, porque cuando se corta correctamente, el diamante redondo refleja la máxima cantidad de luz y brilla más que cualquier otra forma. También son un poco más caros que cualquier otra forma porque alrededor del 55 % del diamante en bruto se pierde al esmerilar una forma redonda y menos al cortar otra forma.